Un vegetariano se hace, no se nace

Cuando tenía 13 años le fui a dar comida a mi perrita, le tenía un regalo, uno de esos cartílagos con forma de hueso. Al acercarme a ella, me gruño y me arrebató el regalo de mis manos y al tratar de acercarme a ella volvió a gruñirme con mucho odio, mucha rabia.

No entendía porque tanta violencia conmigo que le traía comida y golosinas. Me quedé mucho rato mirándola comer su hueso y observando el lugar donde la teníamos, la cama que tenía y la cantidad de tiempo que se la pasaba encerrada en ese espacio. Desde ese día la realidad cambió para mí y para ella.

Todos nosotros tenemos alguna historia que atesoramos en nuestros corazones que rebalsó el vaso y nos hizo ver la realidad con otros ojos. Por eso me atrevo a decir con convicción que todo vegetariano y vegano tienen una habilidad de empatía muy desarrollada.

Tener empatía no es resaltar el lado bueno de una situación, sino conectarse con el otro. Los siguientes son ejemplos cotidianos de desconexión con la realidad del otro:

“Mi polola me dejó” – “Pero anímate ahora tienes más tiempo para pasarlo bien con tus amigos”

“Mi hijo quedó condicional en el colegio” – “Pero por lo menos a tu hija le está yendo super bien”

“Por más que intento no he podido bajar de peso” – “Pero no te preocupes, si te ves regia”

¿Entonces qué es empatía?

Theresa Wiseman es una enfermera con máster en psicología, que investigó sobre el desarrollo de la empatía como una habilidad en las enfermeras.

Ella llega a definir la empatía con 4 elementos:

  1. Ver el mundo como lo ve el otro y entenderlo como verdad, sea objeto o sujeto.
  2. No juzgar la situación del otro.
  3. Sentir los sentimientos del otro.
  4. Comunicar la comprensión hacia el otro.

Entonces la empatía es sentir en conjunto, una situación ajena. De ahí que los videos y documentales son una herramienta tan “efectiva” en gatillar nuevos pensamientos. Son catalizadores que ayudan a relatarnos un suceso y un sentimiento.

Sin embargo, no basta solo mirar, sino que hay que razonar. La empatía es una una habilidad entrenable, pero por sobre todo una elección. Una elección de vulnerabilidad, porque para poder conectarse con el otro hay que poder conectar con algo propio que tenga ese sentimiento y ese nivel de introspección requiere un practica y razonamiento.

La empatía que forman algunos vegetarianos y veganos es tal que es esperable que se sientan violentados cuando no se apoyan proyectos de derecho animal o hay fallos judiciales en contra la defensa de los mismos. Porque su conexión los hace sentir que han negado sus propios derechos humanos.

Vegetariano se hace no se nace

Esto no tiene que ver con la disposición anatómica que tengamos, sino por la ruptura de la realidad inculcada por nuestros tiempos. El estilo de vida vegetariano y vegano se alcanzan en plenitud sólo cuando las personas son capaces de desarrollar su capacidad de empatizar, sea con los animales o con su propio cuerpo.

Por eso, en lo personal, no creo en la “evangelización” vegetariana/vegana, porque carece de un elemento personal importante que sólo puede ser desarrollado y alcanzado por una introspección. Las siguientes son frases de personas que han visto la violencia animal, pero han elegido no conectarse con ellos:

“Pero si la carne hace tan bien”

“Pero si los animales pasan la buena vida, comen todo el día y los cuidan”

“Pero si los dejan inconscientes antes de matarlos”

“Pero si igual no conocen otra cosa más que el lugar donde están”

“A mi no me compares con los animales, tú serás uno, pero yo soy persona”
(no les explico como le quise decir a este que era una piedra entonces)

La comunicación de la comprensión

El último elemento de la empatía aparentemente queda fuera de la ecuación vegetariana/vegana. No obstante, la conceptualización de Persona No Humana y los Derechos Animales (que se lucha en nuestra campaña #NOSONMUEBLES) son una expresión esperable de aquellos que nos hemos conectado con la situación ajena.

Es la manera en que comunicamos nuestra comprensión a los animales, presionando sobre la legislación y el Estado, que nos han prometido paz y bienestar, pero en nuestros corazones empáticos no la vivimos e incluso nos agobiamos por las atrocidades que nos hacen sentir.

La historia nos muestra como cada generación amplía su espectro y da cobijo a más seres, considerándolos iguales dándoles el título de personas, sucedió con los esclavos, sucedió con la mujer, sucederá con lo animales. Miren el proyecto Gran Simio, que es capaz de vincular todo este argumento de conexión de manera muy profesional y científica.

Fuente: A concept analysis of empathy, de Theresa Wiseman.