Perros y su ayuda terapéutica en humanos

Este es un post muy personal que me atrevo a compartir por dos razones fundamentales. Primero, lo veo como un acto público de gratitud a nuestros amigos de 4 patas (en este caso particular, a Buda, mi “mascota”) y segundo, porque creo que puede entregar información útil para quienes estén pasando por un momento difícil y quizá desconocen la ayuda que nos proporcionan los animales a superar situaciones complejas.

Como planteamos en la campaña #NoSonMuebles, está científicamente comprobado que los animales son seres vivos dotados de sensibilidad. Unos de ellos -conocidos mundialmente por su lealtad- son los perros. No por nada se dice que son “el mejor amigo del hombre” y es que su compañía puede tener consecuencias beneficiosas en nuestra salud física y mental que quizá desconocen.

El 2015, estuve en terapia psicológica con el fin de superar un hecho traumático que había sufrido hace unos años. Dado que ese episodio tenía que ver con el abuso, la inseguridad y miedos propios de ese suceso me invadían principalmente de noche cuando me encontraba sola en casa. Escuchar ruidos me generaba bastante ansiedad y angustia, por eso una de las herramientas que mi psicóloga me recomendó en una sesión fue tener una especie de “arma” (tijera o cuchillo, por ejemplo) en mi velador que me entregara cierta sensación de seguridad.

Justo al finalizar esa sesión, le cuento que con mi pareja estábamos pensando en adoptar un perro, al consultarle si a ella le parecía una buena idea me respondió “me parece perfecto, esa será tu mejor arma”, me dijo.

Y así fue. Semanas después adoptamos a Buda (de quien he hablado ya en varias oportunidades) y efectivamente con su presencia en casa desaparecieron como por arte de magia mis temores nocturnos. Buda llegó muy tímida y enferma, de hecho no ladraba, nada. Pero por muy vulnerable o débil que pareciera, estaba ahí y su presencia cambió todo para mí.

Uno de los aspectos menos reconocidos en la sociedad es el extraordinario beneficio de los animales en contextos terapéuticos. Los perros se han convertido en parte fundamental en el desarrollo de Terapias y/o Intervenciones Asistidas con Animales (TAA), que buscan que pacientes con diferentes dolencias puedan generar vínculos reales de afecto y de comodidad, obteniendo mejoras en el funcionamiento físico, social, emocional o cognitivo de los pacientes, cualquiera que sea su edad y su situación.

Este año, a causa del estrés experimenté episodios de ansiedad con crisis de pánico. Averiguando sobre el tema descubrí que el número de personas que sufre este tipo de trastornos es demasiado alto. Si bien, un tratamiento adecuado tiene excelente pronóstico, quienes hemos pasado por esto sabemos que en el momento los ahogos y dificultad al respirar que se siente es bastante desesperante.

Una noche en casa, empecé con estos síntomas (sin saber en ese entonces que eran crisis de pánico), me sentía preocupada al no entender qué sucedía, fui a la terraza a “tomar aire” pero no lograba sentirme mejor. Me recosté en la cama al lado de Buda. Con mis pies en la cabecera, sólo me detuve a mirar los ojos de mi fiel compañera, quien no desviaba su mirada de la mía, logrando calmándome poco a poco. De modo innato, empecé a seguir su respiración. Y así, inhalando y exhalando a su ritmo, sin darme cuenta, me quedé dormida, en calma.

Hoy que ya conozco más sobre estos episodios, comprendí que esa noche Buda nuevamente facilitó con su natural intervención que aquel momento crítico se apaciguara.

Lo que les cuento basado en experiencias personales, no son casos aislados.

Los estudios que investigan los beneficios psicológicos de los perros de asistencia han revelado que estas relaciones pueden mejorar la autoestima y el bienestar psicológico, además de ofrecer oportunidades de interacción social y mayor integración comunitaria.

Recientemente se ha descubierto que algunos perros pueden anticipar los episodios de convulsiones en casos de personas con epilepsia, o identificar descensos en los niveles de azúcar en la sangre de las personas con diabetes. Esto ha hecho posible que se les entrene para alertar a sus dueños antes de que esas situaciones se tornen peligrosas.

Los soldados que regresan de los combates o personas que han tenido fuertes situaciones amenazantes en sus vidas, tienen dificultad para reintegrarse a la vida civil y están en riesgo de padecer trastorno de estrés postraumático (TEPT). Los síntomas pueden incluir enojo, pesadillas o insomnio, y aislamiento social, entro otros, limitando severamente sus capacidades. Actualmente, los perros de servicio son adiestrados para ayudar a lidiar con distintos síntomas del TEPT.

“Son muchos los beneficios de los perros en contextos terapéuticos, sacando lo bueno de las personas. Pero la sociedad de asistencia debe ser una interacción mutuamente beneficiosa. Con el fin de garantizar el bienestar de los animales de asistencia o que ayudan en terapias, es fundamental que se satisfagan las necesidades de salud y comportamiento del animal, es decir, que exista una tenencia responsable”, afirma Carolina Alaguna, médico veterinario y etóloga.

Mi invitación a través de este post es a ser más agradecidos y respetuosos con los animales, su presencia en nuestras vidas conlleva mucho más de lo que creemos. A veces adoptamos a perros abandonados sintiéndonos súper héroes, cuando finalmente son ellos quienes nos recatan a nosotros.