PESCA Y ACUICULTURA

La pesca y sus consecuencias

La vida en la Tierra es posible en gran medida gracias a los océanos. Producen la mayor parte del oxígeno del mundo y eliminan el dióxido del carbono de la atmósfera. Sin embargo, estamos haciendo cada vez más difícil la vida de los animales acuáticos. Las poblaciones de las especies marinas son la mitad de lo que eran en 1970, en gran parte debido a la sobrepesca, la contaminación y el calentamiento global.¹

La pesca, además de ser muy cruel, es imprudente e indiscriminada. Junto con los billones de animales acuáticos extraídos de los océanos, las estimaciones indican que hasta el 40% de captura mundial son animales “desecho”, es decir que no son objetivo de la pesca y se descartan, muchos muertos o moribundos. La pesca de arrastre es un método de pesca común mediante el cual se arrastran redes enormes y pesadas por el fondo del océano, capturando a cualquier especie que esté ahí y destruyendo el frágil hábitat.

La contaminación plástica es otro problema importante, y gran parte de él consiste en aparejos de pesca abandonados o perdidos. El plástico se descompone en microplásticos que los animales acuáticos a menudo confunden con comida o respiran por sus branquias. Estos pueden incorporarse a sus tejidos y ser ingeridos por depredadores, incluídos los humanos.

La acuicultura

  • Se considera una solución a la disminución de peces silvestres pero en realidad la gran parte de la captura mundial se utiliza como alimento para peces y camarones de piscifactorías (además de pollos y cerdos).

  • La acuicultura es la industria alimenticia que más está creciendo alrededor del mundo, actualmente más del 50% del marisco y el pescado consumido proviene de granjas.

  • El número de animales que viven en los criaderos acuícolas es mayor que el conjunto formado por los criaderos de lo animales de producción terrestres.

Salmonicultura en Chile

Chile es el segundo país productor de salmones a nivel mundial y líder en producción de trucha arcoiris. La demanda creciente hizo que Chile aumente su producción de salmones en hasta 900.000 toneladas al año.²

En el año 2019 en Chile se produjeron

3
toneladas de salmón de atlántico.
0
toneladas de salmón plateado.
10
toneladas de trucha arcoiris.

Los principales problemas ambientales documentados y asociados a esta industria son: el escape de salmónidos, lo que implica la introducción de especies exóticas, desde las jaulas de cultivo al ambiente natural; el abuso de antibióticos, antiparasitarios y otras sustancias químicas; la introducción y propagación de enfermedades y de sus agentes causales, o la acumulación de residuos sólidos y líquidos en el fondo marino, derivados de los alimentos no consumidos, fecas y mortalidad de los salmónidos.

Pero también los desechos industriales que las empresas han dejado en los fiordos, como jaulas abandonas, plásticos; la presión pesquera sobre especies silvestres usadas como harina y aceite de pescado que acaban como alimento de salmónidos, y las interraciones negativas directas o indirectas con mamíferos marinos y aves, algunas de estas especies con estado de conservación delicados.³

En las granjas de salmón, una gran cantidad de peces se apiña en espacios anormalmente pequeños. Las jaulas superpobladas privan al salmón de la libertad de nadar largas distancias y de llevar a cabo un comportamiento social natural. Las lesiones físicas, las anomalías y la ceguera son comúnes en los peces de piscifactorías. Mantener una gran cantidad de peces en condiciones de hacinamiento también fomenta la propagación de enfermedades infecciosas y plagas.

Tanto expertos en resistencia bacterial como en producción de salmones concuerdan que el uso excesivo de antibióticos en la producción de salmones contribuye a incrementar la resistencia bacterial a los medicamentos y pueden posiblemente afectarla salud de los seres humanos.

Producción de salmones

955.179 toneladas (Chile)
1,3 millones de toneladas (Noruega)

Uso de antibióticos por tonelada de salmones

0,5894 kg/ton (Chile)
0,0004 kg/ton (Noruega)

Durante el año 2014, mientras Chile utilizó 563,2 toneladas de antimicrobianos para producir una cosecha anual de 955.179 toneladas de salmones, Noruega utilizó solamente 523,4 kilos de antimicrobianos para producir 1,3 millones de toneladas de salmones.