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La Sala Plena de la Corte Constitucional de Colombia determinó este lunes que la pesca deportiva es una práctica de maltrato animal, la cual vulnera el derecho a la protección de un ambiente sano.
El fallo declarado a través de la Sentencia C-148-22 del pasado 2 de mayo por la Corte Constitucional colombiana, se originó por una demanda contra la pesca deportiva, la cual sostuvo que esta actividad vulnera el principio de precaución y la prohibición de maltrato animal y que, por tanto, debe excluirse del ordenamiento jurídico. La decisión se une a la adoptada por el mismo organismo legal en febrero de 2019 cuando prohibió la caza deportiva en el país.
Asimismo, mediante un comunicado, la Corte hizo énfasis en que “el mandato de protección a los animales se desprende del principio de constitución ecológica, la función social de la propiedad y la dignidad humana”. Además, reiteró que el Legislador y la Corte han considerado a los animales como seres sintientes.
Además, la Institución aclaró que “aunque no es posible definir con certeza absoluta las consecuencias nocivas de la pesca deportiva, en términos de los principios de protección y bienestar animal ni el impacto y deterioro de los recursos hidrobiológicos, pero sí existe información científica relevante que exige evitar impactos nocivos en estos seres y su entorno, debe preferirse la exclusión de la actividad”.
Al respecto, la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (AUNAP) se reunirá con sus directivos y técnicos con el fin de sentar una posición al respecto. De acuerdo con fuentes de la entidad, el sector se muestra preocupado y teme que la determinación “tendrá consecuencias considerables en sectores como el turismo y la economía naranja“. Empresarios del sector también están atentos a las implicaciones de la decisión.
¿Qué es la pesca deportiva?
La pesca deportiva trata sobre capturar animales acuáticos en ríos, mares, lagunas o represas y luego devolverlos al agua. A los peces, por ejemplo, se les perfora su mandíbula con un anzuelo, en una zona muy sensible, causándoles un dolor agudo cuando están heridos en esta zona. A veces, no son capturados a través de sus bocas, sino de otras partes de sus cuerpos. Algunas áreas en las que aparecen las lesiones son sus ojos, la garganta o los intestinos. Estos ganchos pueden ser de púas, y en ocasiones los peces se tragan estos ganchos, aumentando el daño que les causan.
En Colombia, debido a su diversidad geográfica, existen varios lugares en los que se desarrolla esta cruel actividad, especialmente en los embalses de los departamentos de Cundinamarca, Cauca y Antioquia.
