A pesar de tener un aumento constante durante al menos una década, hoy el panorama es diferente: según datos entregados por las Organización de las Naciones Unidas (ONU), se espera que el consumo de carne por persona se reduzca en casi un 3% en 2020, el más bajo que se ha registrado desde 2011.

Este cambio en la alimentación de las personas se ha dado en todos los mercados, incluso en Estados Unidos, país que tiene el mayo consumo per cápita (119,4 kilos por persona al año) y que según las proyecciones no volverá a la “normalidad” hasta al menos 2025.

Todo esto ha sido influenciado por diferentes factores, sin embargo varios están ligados a  la pandemia provocada por el Covid-19. La reducción de los sueldos y la pérdida de empleos han generado que la población opte por proteínas de origen vegetal, mucho más accesibles para la gente. Por otra parte el cierre de restaurantes, las interrupciones en la producción y la inevitable relación entre el consumo de carne y enfermedades pandémicas han afectado el consumo de animales, el que ha marcado una baja histórica.

En segundo plano, la emergencia climática ha provocado que diferentes sectores sociales alcen la voz pidiendo disminuir el consumo de carne, ya que esta produce más emisiones globales de gases de efecto invernadero que el transporte.

La pregunta hoy es: ¿podría eso traer una nueva era para las dietas globales? Esperamos que si.

Con información de Bloomberg.