Señor director:

Es bastante común que durante el mes de septiembre la actividad del Rodeo, reconocida por un sector de la sociedad como “tradición” y “deporte”, también se vea sometida a críticas por parte de quienes pensamos que esta actividad no se condice con una sociedad moderna y respetuosa de los derechos animales, por varias razones.

Así, por ejemplo, en cuanto al financiamiento de esta actividad, basta mencionar que solamente durante el año 2018, las comunas de Vitacura, Las Condes y La Reina entregaron la suma de $193.048.000 millones de pesos para financiar la actividad del Rodeo del Parque Padre Hurtado en el contexto de la Semana de la Chilenidad. Sólo la comuna de Las Condes aportó un monto de $91.200.000 millones de pesos. Cabe preguntarse, entonces, ¿qué opinan los votantes y habitantes de estas comunas en cuanto a la distribución de estos recursos? y si acaso participaron de alguna manera de esta decisión.

Por otra parte, se ha documentado ampliamente que durante la realización de la actividad misma del Rodeo se usan instrumentos de estímulo eléctrico (electroshock) para obligar a los vacunos caídos a levantarse. Durante el año 2018, la propia Federación Deportiva Nacional del Rodeo Chileno reconoció este hecho mediante una declaración pública, argumentando que la ley así lo permite y, agregando, tener autorización expresa del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG). Lo cierto, es que el propio SAG ha respondido que nunca ha autorizado el uso de electroshock en el Rodeo, lo que conlleva un accionar evidente de maltrato animal que actualmente puede ser perseguido y sancionado gracias a nuestra normativa penal vigente.

Finalmente, a pesar de que sólo gracias a lo establecido en el artículo 16 de la Ley N° 20.380 sobre Protección Animal el Rodeo es considerado “deporte”, recientemente el Ministerio del Deporte y el Instituto Nacional de Deportes han declarado que la Federación Deportiva Nacional del Rodeo Chileno no se constituyó según los requisitos de la Ley del Deporte ni tampoco se ha adecuado a esta normativa. En resumen, su categoría como “deporte” no es más que una ficción legal sin sustento normativo.

Creemos que los argumentos ya expuestos son más que suficientes para que no solamente la ciudadanía cuestione la mantención de esta actividad, sino que también es un llamado de atención a todas las autoridades para que se posicionen frente a una “tradición” que conlleva un despilfarro de recursos públicos, una actividad que claramente conlleva el delito de maltrato animal y que es considerado “deporte” sin serlo y sólo gracias a una ficción legal.

Cristian Apiolaza Acevedo
Abogado, Jefe de Campaña #SinRodeos, Fundación Vegetarianos Hoy