Vegetarianismo en países desarrollados

Hace 10 meses vivo en Canadá, y hace un par de años viví en Australia. A mediados de agosto regreso a Chile, y aunque son muchas razones las que me tienen hacen feliz por ello, no puedo mentir sobre lo difícil que me es volver a un país en vías de desarrollo.

Critíquenme, díganme antipatriota o lo que se les ocurra, ya me lo han dicho antes y no me siento ofendida. Soy bastante honesta en mi postura, y por mucho que ustedes y yo queramos a nuestro país, es innegable que le falta mucho para llamarlo “desarrollado”, al menos en cuanto al vegetarianismo, que es a lo que me referiré en este artículo.

Cuando empecé una vida vegetariana, vivía en Antofagasta, afortunadamente acudía a un centro de yoga donde tenían un restaurante veggie “bueno, bonito y barato”. Ahí tomé mi primer curso de cocina libre de carne animal, aprendí a preparar hamburguesas y leche de soya, croquetas de lentejas, hummus y una que otra cosa más.

La soya para mí era el producto estrella y era fácil encontrarlo en supermercados, así es que sobrevivía sin mayores inconvenientes a mi nuevo estilo de vida.

Me fui a Australia. Ahí conocí muchísimas variedades de hummus, leches vegetales de todos los tipos, la crema de coco y arroz para cocinar, hamburguesas vegetarianas pero sin soya y un mundo de posibilidades para llevar un alimentación vegetariana.

Volví a Chile y empecé una nueva etapa en Santiago, como capital, ciertamente tuve muchas más opciones de productos que cuando vivía en el norte. Siempre investigaba sobre negocios veggies y Diprovena fue mi salvación, hice otro curso de cocina y aprendí a preparar leche de almendras.

Al Jumbo llegaron las leches vegetales Silk y en un mercado orgánico de Providencia también encontraba varios productos nuevos. ¿El problema? Los precios. Me parecían excesivos comparados a otros países, como que en Chile alimentos saludables y/o vegetarianos son de elite, no los venden en todos lados ni con los mismos valores. No obstante, como soy “busquilla” igual lograba acomodarme a mi presupuesto y comer lo que de verdad quería.

Me vine a Canadá y entre medio tuve unas vacaciones en Las Vegas y Hawaii, Estados Unidos. Con eso ya me quedó claro el panorama. En países desarrollados los alimentos cruelty free están en todas partes, obvio que hay negocios exclusivos donde solo se venden productos veggies/vegan, pero en cualquier supermercado hay leches vegetales (de soya, almendra, arroz, quinoa, aventa, coco, avellana), deliciosos helados veganos en base a leches vegetales, cremas de arroz y coco para cocinar, huevos free run y productos sustitutos del huevo, útiles de aseo y cosméticos cruelty free, etc, etc, etc.

Sí, yo sé que en Chile también los encontramos, pero no es masivo y al no serlo los precios son más altos. Acá (Canadá) no tienes que buscar restaurantes vegetarianos, todos tienen alternativas, si preguntas “tienes hamburguesa sin carne, es que soy vegetariana” no te miran raro ni te dicen “y de dónde saca la proteína mijita, se va a enfermar”, sino que te responden “cool, we actually have…”. Incluso si vas al hospital, los médicos te felicitan, no te cuestionan. Existe una cultura veggie.

Con esto no quiero que lloremos por lo que no tenemos, sino incentivar a empresarios a comercializar más y mejor este tipo de productos, mientras más se masifique su consumo los precios serán accesibles para todos.

No necesitamos que todos los habitantes de Chile sean vegetarianos para que esto suceda, creo que en parte es tarea de la comunidad de zanahorias furiosas impulsar este cambio/desarrollo. Con criticar a los carnívoros no ganamos nada.

Si yo tratara de asesina a mi mamá por que come carne no conseguiría nada positivo, pero si le doy a conocer platos vegetarianos como alternativa es probable que los incorpore a su alimentación.

Mi pololo es vegetariano hace un año y cuando empezó yo compartí en un post que le preparé un “bistec a lo pobre” (con una hamburguesa vegetariana obvio), y entre los comentarios se criticó el hecho de “querer hacer parecer un plato con carne”, y él se preguntaba ¿cuál es el problema con eso?, si una persona deja la carne pero siente ansias de un bistec a lo pobre ¿porqué se critica, en vez de apoyar que ese plato que antes era con un trozo de animal ahora no lo es?

Los invito a ser más empáticos y en vez de criticar, sugerir y dar a conocer productos, recetas y platos vegetarianos. Mientras nosotros, vegetarianos/veganos difundamos con respeto y una actitud inclusiva este tipo de alimentación, ayudaremos a que Chile sea un país desarrollado, al menos en el vegetarianismo.