Más que normas, empatía y respeto

La temporada estival ya se hace presente y así también el aumento de avistamiento de cetáceos a lo largo de todo Chile.

Todos quienes han tenido la oportunidad de encontrarse en presencia de gentiles gigantes y acrobáticos delfines pueden dar fe de que es una experiencia sencillamente única e indescriptible.

Si bien la práctica de turismo de avistamiento de cetáceos no es para nada nueva, sí ha adquirido muchísima fuerza en el país, durante los últimos años.

¿Sabes que existen normativas a respetar, por tu seguridad y la del ejemplar, durante el avistamiento?

Lamentablemente, son muy pocas las personas que llegan informadas sobre estas directrices y no se enteran –con suerte– sólo hasta minutos antes de abordar la embarcación que los llevará en búsqueda del tan ansiado encuentro.

En Chile, la normativa encargada de regular esta materia es el Reglamento General de Observación de Mamíferos Marinos, Reptiles y Aves Hidrobiológicas y establece, básicamente, lo siguiente:

Directrices para avistamiento de cetáceos mayores (ballenas/cachalotes)*:
*Esta disposición excluye a la ballena azul y ballena franca austral.

Fotografía: whales.net

Las embarcaciones que efectúen actividades de observación de estas ballenas (ya sean jorobadas, de aleta o minke) deberán mantener una distancia mínima de 100 metros.

Si son varios los ejemplares, se debe considerar la distancia teniendo como punto de referencia al ejemplar que más próximo se encuentre a la embarcación.

En caso de encontrarse con un grupo de ejemplares, poner énfasis en que no se realicen maniobras bruscas ni repentinas con la embarcación.

En caso de detención, tener especial cuidado de que el motor de la embarcación se mantenga en marcha y posición neutra, esto es sumamente importante ya que el sonido permitirá al ejemplar tener total conocimiento de la presencia de la embarcación.

JAMÁS interponerse entre una madre y su cría.
JAMÁS aproximar la embarcación desde el lado de la cría.

En caso de que los ejemplares manifiesten conductas negativas, se debe aumentar la distancia de avistamiento a 200 metros.

Una vez finalizado el avistamiento, dirigir la embarcación en dirección opuesta al desplazamiento de los ejemplares.

Directrices para avistamiento de ballenas azules:

Fotografía: whales.net

El avistamiento de ballenas azules debe efectuarse con muchísimo respeto, en consideración al delicado estado de conservación de estos ejemplares y tamaño de éstos (24 a 30 metros).

La distancia entre el ejemplar más próximo a la embarcación debe ser de 300 metros y en caso de percibir cualquier cambio negativo en el comportamiento, incrementarla a 500 metros.

Directrices para avistamiento de ballena franca austral:

Lamentablemente, debido a su carácter dócil y pasivo, la ballena franca austral fue víctima de una brutal caza que se remonta a finales del siglo 18. Estos ejemplares no comenzaron a ser protegidos hasta 1936 y, desde aquel entonces, aún no se ha logrado evidenciar recuperación en su población.

Dado el alto grado de amenaza que sufre esta especie, el avistamiento debe efectuarse sólo desde superficies terrestres, a menos de que exista una excepcional y expresa normativa de avistamiento, al respecto.

Directrices para avistamiento de cetáceos menores (delfines/toninas/marsopas):

Sea Shepherd Chile , Campaña Humboldt 2017.

La distancia con estos ejemplares debe ser de 50 metros y se incrementa a los 100, en casos de cambio negativo en el comportamiento.

Los delfines son animales muy sociables y curiosos. Existen casos en que ellos deciden acercarse a las embarcaciones, por voluntad propia. En aquellas ocasiones, es fundamental mantener el respeto y distancia prudente con ellos.

Retroalimentación y entendimiento

Ballenas, cachalotes y delfines se caracterizan por poseer lazos familiares bien consolidados, estructuras jerarquizadas, códigos y hábitos de conducta diaria bien definidos.

Valores como el respeto y empatía no sólo deben hacerse manifiestos entre nosotros, sino que también debemos saber extenderlos a todos quienes nos rodean.

Si logramos entender estas “normativas” no como meras obligaciones, sino como una real posibilidad de mejorar nuestra convivencia con nuestro entorno, ciertamente la experiencia de avistamiento no sólo será única y positiva para nosotros, sino también para ellos.