Japón cobra la vida de 122 ballenas preñadas en el nombre de “la ciencia”

Los datos fueron entregados por la propia flota ballenera ilegal japonesa, este pasado 29 de Mayo de 2018, a la Convención Ballenera Internacional.

Y sí, decimos ilegal no sólo por el hecho de que se trata de una flota ballenera que caza en un Santuario protegido por el Derecho Internacional (“El Santuario de ballenas del Océano Austral” en Antártida), sino que además porque su supuesta práctica de caza “científica” fue catalogada como un mal subterfugio, una mentira disfrazada de ciencia, por la Corte Internacional de Justicia de la Haya.

El nuevo plan de los balleneros japoneses -y el cual es respaldado monetariamente por el gobierno de Japón- tiene como cuota auto impuesta la masacre de 333 ballenas minke en las prístinas aguas antárticas para cada temporada estival. Y así fue.

De las 333 ballenas asesinadas por los arpones explosivos de la flota ilegal nipona, 122 ejemplares eran hembras que se encontraban preñadas.

¿Por qué tantos ejemplares preñados, se preguntarán?

La razón es sencilla: Durante la etapa de deshielos y verano “Antártico”, muchos nutrientes son liberados. Por esta razón, las ballenas preñadas migran hacia aguas australes, con el objetivo de alimentarse lo que más puedan, para ayudar a la gestación de sus -aún nonatas- crías.

114 ejemplares, por otro lado, eran juveniles. En resumen, una total barbarie y carente de cualquier posible justificación lógica.

Activismo en contra de la caza de ballenas:

En la actualidad -y desde hace 10 años- Sea Shepherd es la única organización de acciones directas que se encuentra luchando contra la caza de ballenas, efectuada año a año, de manera ilegal por Japón.

La campaña de protección de ballenas de esta organización se encuentra actualmente en reestructuración. Se trata de una organización privada (ONG), sin fines de lucro y que actualmente intenta hacer frente contra una flota subvencionada por no sólo un gobierno, sino que también uno de los más poderosos económicamente.

Una lucha del tipo David vs. Goliath, seguro. No obstante, una batalla que está muy lejos de acabar.

Para apoyar el trabajo de Sea Shepherd y enterarte de sus campañas globales, puedes visitar su página oficial, haciendo click aquí.